Se trata de un drama
mediocre, monótono, de ritmo lento, sin un solo pasaje con aliento poético. El protagonista,
don Juan por supuesto, es un personaje tosco, sin capacidad de seducción, sin
dominio del garbo ni la retórica amorosa.
Las hazañas se
simplifican, se reducen a una por aspecto: Ana para el burlador, Inés para el
seductor. Con ello Zorrilla se aleja de Tirso de Molina con un pretensioso
marco calderoniano de ángeles y diablos, las complicaciones truculentas de
incidencias, o el doble final de arrepentimiento y condenación. En otro nivel,
con muy buen gusto se ha evitado el sacrilegio y lo chocante, haciendo a Inés
prometida de don Juan y no monja real. La figura de Inés corresponde a la monja
cerrada en el convento contra su voluntad que, ante los requerimientos del
galán, sueña con la libertad y prefiere “volar libre por Castilla que estar en
jaula con Cristo”
Resumen
de la obra
Don Juan Tenorio realiza una mezquita apuesta con don Luís Mejía que trata
en conquistar en poco tiempo a una ingenua novicia y también a la novia de su
enemigo.
Don Juan Tenorio logra cumplir sus objetivos: engaña a la novia de su rival y rapta del convento a la noble muchacha doña Inés de apenas diecisiete años. Pero sucede un hecho increíble: don Juan se enamora perdidamente de la ingenua Inés y decide pedir su mano a su padre don Gonzalo de Ulloa para casarse.
Don Juan Tenorio logra cumplir sus objetivos: engaña a la novia de su rival y rapta del convento a la noble muchacha doña Inés de apenas diecisiete años. Pero sucede un hecho increíble: don Juan se enamora perdidamente de la ingenua Inés y decide pedir su mano a su padre don Gonzalo de Ulloa para casarse.
Don Gonzalo de Ulloa y don José Mejía van enfurecidos a la casa del seductor
don Juan Tenorio para encararle su cruel conducta al engañar a las dos muchachas. Don Juan Tenorio se enfrenta a
ellos.
El mujeriego don Juan huye despavorido, abandonando a doña Inés, quien muere de
pena. A su regreso, después de muchos años, don Juan Tenorio, se encuentra con
un panteón en lo que antes había sido su hogar, allí se encuentran enterrados
sus víctimas y su adorada Inés.
Don Juan Tenorio completamente arrepentido pide perdón. Cuando las almas de sus
antiguas víctimas estaban a punto de llevárselo al infierno, apareció en ese
instante el espectro de doña Inés, impidiendo que se lo lleven y salvando su
alma.
Bibliografía
ZORRILLA, José. Don Juan Tenorio. Barcelona, Crítica, 1993
ZORRILLA, José. Don Juan Tenorio. Madrid, Espasa-Calpe, 1975
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