La obra, cuyo desenlace se desarrolla a modo de una farsa en la que un viejo, Ludovico, llora la pérdida de su único hijo, robado en tierna edad; durante veinte años no se ha sabido de él, ya ha muerto su madre, y por motivos de sucesión tratan de que Ludovico se case de nuevo. Mediante mil mentiras, el gracioso le convence de que Teodoro, el secretario de la condensa Diana, es el hijo desaparecido.
En el otoño de 1612 al
propio Lope se le murió, muy niño, su hijo predilecto, Carlitos. Un poco más
tarde moría también la madre, Juana de Guardo, el 13 de agosto. Es cierto que
Lope escribió El perro poco después
de muerto su hijo y muy probablemente después que falleciera su mujer. Es punto
menos que concebible que Lope pudiera escribir sobre la pérdida de un hijo y su
propia mujer, tan cercana la muerte de los dos.
No es frecuente en el teatro
del Siglo de Oro la variante que aquí esboza sobre el tema del honor Lope de
Vega: si Diana arranca de una sumisión absoluta al código de su condición de
noble, si llega en un momento a pesar en la muerte del galán, para así dejar de
amar a un desigual, y si en algún instante lamenta las obligaciones que el
honor le impone, siempre se muestra dispuesta a someterse a ellas; pero salva
su apariencia, a sabiendas de que el decoro queda roto y de que se casa con un «desigual»,
no solo no duda en aceptar la trapacería urdida por uno de los criados de su
secretario, sino que maquina la forma de asesinar al único testigo de su «deshonor».
El tema de los celos como
motor de ese amor deshonroso comparte con el anterior el protagonismo. Pero
aquí Lope juega con él, con situaciones que, como una trampa, van adentrando
cada vez más a Diana en el amor por su secretario.
Así establecidos los puntos
de partida, Lope no tenía más posibilidad para desenlazar la comedia que
irrumpir en el camino de la farsa, y arruinar la estructura patriarcal de la
que Diana es, en El perro del hortelano,
representante. Y, en una comedia con remate farsesco, Lope puede subvertir el
valor esencial sobre el que se asentaba la sociedad estamental: el honor.
Bibliografía
VEGA, de Lope, El perro del hortelano, Madrid, Clásicos Castalia, 1970, Edición de A. David Kossoff
VEGA, de Lope, El perro del hortelano, Madrid, Cátedra, 1998, Edición de Mauro Armiño
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