lunes, 20 de mayo de 2013

Federico García Lorca y el teatro


FEDERICO GARCÍA LORCA

Biografía
Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898-Víznar, 1936), hijo de un rico propietario y de una maestra, vivió una infancia rural a la que sumó una completa formación. Se trasladó a Madrid, donde se alojó en la Residencia de Estudiantes, y conoció a sus compañeros de generación y a muchas figuras del panorama artístico. En este ambiente conoce las Vanguardias, pero su personal sensibilidad sobrepasa las modas y triunfa definitivamente con su emblemático Romancero gitano.
Tras vivir una enriquecedora temporada en Cuba y Nueva York (el impacto de esta ciudad da lugar a Poeta en Nueva York), vuelve a España. Durante la República, dirige la compañía “La barraca”, grupo teatral universitario con el que lleva el teatro clásico por todos los rincones de España. En 1933 visita Buenos Aires, donde sus dramas obtienen gran éxito. De regreso, Lorca, que ya es poeta de éxito, manifiesta públicamente sus ideas de izquierdas; este hecho lo pone en el punto de mira de los nacionales que lo asesinan nada más estallar la guerra civil, dos meses después de terminar La casa de Bernarda Alba. Otras obras destacadas del autor son Poema del cante jondo, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, Mariana Pineda, Bodas de sangre y El público.

Esquema del teatro lorquiano
La crítica -véase Ruiz Ramón (1975) o García Posada (1980)- suele catalogar el teatro de Lorca en estos cuatro grupos:
1. Comedias “irrepresentables” o “imposibles”: El público y Así que pasen cinco años. Fue el propio Lorca quien las calificó de este modo en relación con la situación del panorama teatral de los años treinta.
2. Farsas: de guiñol -Los títeres de cachiporra, Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita y Retablillo de don Cristóbal- y de personas: La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.
3. Tragedias: Bodas de sangre y Yerma. Estas dos obras iban a formar parte de una “Trilogía dramática de la tierra española”, que se completaría con La destrucción de Sodoma, de la que posiblemente haya llegado a escribir un acto, o con La sangre no tiene voz.
4. Dramas: El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda, Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba.

Lorca y el teatro
Para empezar, dejo unas palabras del propio Lorca en una charla dos años antes de su muerte, donde encuadra sus intenciones sociales y estéticas de su teatro. A raíz del estreno de Yerma, las compañías teatrales madrileñas solicitaron una representación especial, de madrugada, para que los actores pudieran contemplarla. En esa representación, insólita en los hábitos teatrales españoles, García Lorca dijo:
“Yo no hablo esta noche como autor, ni como poeta, ni como estudiante sencillo de la vida del hombre, sino como ardiente apasionado del teatro de acción social. El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de mi país, y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad del pueblo; y un teatro destrozado, donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar y adormecer a una nación entera.
El teatro es una escuela de llano y risa, y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre.
Un pueblo que no ayuda, y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el sentido social, el latido histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama matar el tiempo”.

En cuanto a la producción de Lorca, destaca la unidad de su obra, más ayá de los géneros. Decía del teatro que era poesía puesta en pie, una emoción transmitida con palabras y gestos, un espectáculo total con valores plásticos muy adaptados. La escenografía es muy importante, al igual que la música (Lorca admiraba a Manuel de Falla), y concibe sus obras de teatros como espectáculos.
En su teatro se vale del verso, verso para ser cantado; un verso que utilizaba mezclándolo con la prosa siguiendo un proceso estético. Para las escenas relacionadas con la acción realista deja la prosa, mientras que el verso es utilizado en las partes más líricas y en los episodios de carácter mágico.

El teatro es un arte de larga tradición con normas que el dramaturgo debe conocer. Buscaba conectar con las raíces populares del teatro.

Casi todas sus obras giran en torno a un amor imposible y una intensa frustración. Esta frustración a veces se relaciona con la esterilidad a nivel literal y a nivel general y simbólico. Llega un momento en el que se plantea el conflicto en homosexuales, y lo plantea en el teatro experimental que codificaba temas con fuerte tabú.


Bibliografía utilizada
García Lorca, Federico. Bodas de sangre. Madrid, Austral, 2011

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